Nació un 4 de agosto del año 1900, en la ciudad bonaerense de Pergamino en el seno de una familia de inmigrantes. Arturo Illía realizó sus estudios primarios en las Escuelas N° 18 y Normal de su ciudad natal. Más adelante, sus padres lo enviarán a Buenos Aires, para continuar con sus estudios en el Colegio Pío IX, culminando su formación superior en la universidad. En tal sentido, se graduó en la Facultad de Medicina de la UBA de Médico, espacio donde militará activamente en movimiento reformista universitario, para más adelante afiliarse a la Unión Cívica Radical.
Su formación profesional culminará en La Plata, en el Hospital San Juan de Dios, donde realizará las prácticas hospitalarias. Será en el año 1928, cuando Arturo Illía tendrá la oportunidad de ser recibido por el entonces Presidente de la Nación Argentina, Don Hipólito Yrigoyen, quién le ofrecerá un cargo de "Médico Ferroviario" en la ciudad de Cruz del Eje, en la Provincia de Córdoba.
Una vez establecido en la provincia mediterránea, Arturo Illía desarrollará su actividad política partidaria en el radicalismo cordobés. En tal sentido, en el año 1935, cuando Amadeo Sabatini fue electo gobernador de Córdoba, Illía fue elegido Senador Provincial y será desde su banca, desde donde luchara por la transformación provincial en temas tan importantes como: la producción, la salud y la cuestión social.
En el año 1963, Arturo Illía será investido como Presidente de la República, por la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP). En tal sentido, cabe destacar que “Don Arturo” era un austero Krausista, enmarcado en el ideario de Hipólito Yrigoyen, que gobernó para el pueblo, sin poner nunca por delante especulaciones políticas personales o partidarias, sino haciendo siempre lo mejor para su país, defendiendo su soberanía política y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Resulta importante destacar de su gestión: el impulso de la Ley de Medicamentos, la Ley de Salario Mínimo Vital y Móvil, la anulación de los Contratos Petroleros y de los Gastos Reservados, la defensa de la Soberanía de Malvinas ante la ONU, y la instauración de un 25 % de presupuesto de Recursos y Gastos para la Educación, como así también, cabe destacar que garantizó la plena vigencia de los Derechos Civiles, las Libertades públicas, y que diseño una política exterior soberana.
Arturo Illía fue derrocado por un golpe militar el 28 de junio del año 1966, bajo el falaz argumento de la lentitud de su gestión y de ser el culpable de posibilitar la infiltración de elementos marxistas en el país, especialmente en las universidades nacionales. Lamentablemente ha tenido que pasar mucho tiempo para que tanto los historiadores, como una inmensa mayoría de los ciudadanos argentinos, realicen una valoración positiva de su gestión de gobierno, como así también, del retroceso que significó el pronunciamiento militar del 28 de junio de 1966 para nuestro país y particularmente para el sistema universitario nacional.
Arturo Illía luchó durante toda su vida por los derechos de los más débiles, demostrando a todo un país y a las demás naciones latinoamericanas, que se puede ejercer el Gobierno de una República, sin dejar de lado los valores éticos y los principios ideológicos, en este caso, los que le corresponden al sistema republicano, la construcción de ciudadanía, y la observancia de los principios del radicalismo yrigoyenista.
En tal sentido, el mejor homenaje que se le puede tributar a Don Arturo Illía, será trabajar para lograr consolidar una herramienta partidaria que retome todos estos valores y principios históricos del radicalismo.
Pero para que todo lo antes enunciado sea posible, se debe tener en cuenta que Arturo Illía constituye una referencia ineludible tanto para el presente y futuro del radicalismo. En tal sentido, serán sobre todo los jóvenes, los que deberán rescatar e incorporar a la práctica política partidaria y de gestión de gobierno, estos buenos ejemplos de republicanismo y acción política austera y soberana, que se sintetizan en la figura ex presidente. En consecuencia, la tarea militante de hoy, debe ser la de trabajar para que estos valores republicanos vuelvan a tener plena vigencia en el accionar político de la Unión Cívica Radical y de nuestro país.
Prof. César Arrondo
Foro de Historiadores de la UCR